Vives entre las costuras de mi corazón y los pliegues de
mi mente. Los sollozos cesan cuando tú estás, las experiencias vividas junto a ti
configuran los más gratos recuerdos. Sentir tu piel junto a la mía, despertar
entrelazados, conversar en el día a día, tomar un café y saborear tus labios,
son algunos de los pequeños placeres de nuestra existencia. Tú junto a mí y yo
a tu lado, entretejiendo una vida, amarrados a nuestras costumbres, aquéllas
que nos permiten navegar aferrados a la seguridad de saber que jamás perderemos
la visión de la costa.
Imagen: personal
Hola Antonia, bello texto con una inmensa ternura.
ResponEliminaSentirse protegida, saber que tienes a tu lado a un ser que comparte contigo todos los momentos de la vida, es apasionante.
Amar, apoyar, compartir, comprender, proteger...
hermosos verbos en toda su conjugación.
Un abrazo.
Cuando se está en este estado es maravilloso, si logras mantenerlo estupendo, sino,
ResponEliminaapaga y vamonos
Mantenerse vivo con lo cotidiano, introduciendo pequeños alicientes, es una forma de concebir la vida junto a otra persona. Difícil, pero no imposible.
ResponEliminaLas costumbres son necesarias para mantenernos en pie, porque el ser humano necesita aferrarse a algo que no cambie continuamente. Eso no anula nuestro deseo de explorar nuevas experiencias, pero finalmente, yo al menos, deseo volver a la seguridad de mi casa, de mis costumbres.