Danzar bajo los apremiantes suspiros del corazón,
saciar nuestros apetitos en la locura compartida, secar esos cuerpos mojados
por las tormentas de la pasión, para finalmente descansar en la playa de los
sentimientos. No habrá ni reproches ni grandes elogios, tan solo dos amantes,
unidos en lo prohibido, paseando por las páginas inconmensurables del conocimiento.
Cuadro: Anhelo de Sils