Mientras viajamos por estas tierras sinuosas, observo ensimismada las vastas extensiones de retorcidas viñas. Tortuosas vides, en filas interminables, con una homogeneidad casi ofensiva, nos analizan desde su pasado glorioso, su afortunado presente y su esperanzador futuro. Indudablemente ellas seguiran ahí cuando nosotros, simples sombras errantes, hallamos desaparecido.
Hola Antonia, mientras los seres humanos tenemos una vida limitada, algunas vegetaciones tienen una existencia centenaria, siempre que se respete el ciclo de la natutaleza.
ResponEliminaBesos.
Buen viaje, feliz estancia y disfrutad.
Nuestra vida es efímera pero éso también puede tener su encanto siempre y cuando seamos conscientes de ello.
ResponEliminaGracias. Besos