Aquel pobre creía que era único, que podría convertirse en un ser superior, emparejándose con alguien de su misma especie. Pero la realidad era bien diferente, junto a él, millones con idéntica información, con un mismo destino, conseguir perforar al tan deseado y amado congénere.
Salieron como un ejército, invadiendo todo a su paso, pero el objetivo estaba demasiado lejos y tan sólo llegarían unos cuantos. Él consiguió vislumbrar las puertas del paraíso, pero sus fuerzas empezaron a flaquear paulatinamente hasta perder aquella carrera vital y desaparecer en la nada.
Otro llegaría a la meta, otro ocuparía su lugar.
Hola Antonia,
ResponEliminaLuchar por un mismo objetivo, que sólo uno puede alcanzar.
Un beso.
Es simplemente y complejamente la carrera de nuestras vidas.
ResponElimina