Otro día más de confinamiento, cierto es que llevamos, con hoy cinco, pero la imposición de no poder salir, hace más deseable poder hacerlo.
Llevo todos estos días sin parar de recibir mensajes, vídeos, arengas, recomendaciones, mentiras desmentidas, verdades a medias, música, actuaciones, fotografías de mis seres queridos, chistes, videollamadas, mensajes de audio, páginas de recursos educativos, páginas de recursos culturales, y un largo etcétera interminable que me tiene todas las horas del día mirando el teléfono sin parar, preocupada por lo que les pasa a todas aquellas personas a las que no puedo ver físicamente. Vaya, un sin vivir, que me mantiene subida a una montaña rusa de emociones que cuando empiece a bajar, ¿a ver quién me para?
Són dies per pensar. Reflexionar. Aquests dies em venen records de la meva infantesa i adolescència que ja tenia oblidats. Recordo,ara, persones que ja no hi són entre nosaltres. M'ha vingut al cap la idea que quan jo era nen de sis o set anys, els meus pares en realitat sortien poc de casa: treballar, a comprar ... i poca cosa més. Es vivia més a poc a poc que no pas ara i hi havia molta comunicació.
ResponElimina