Som molts cors alhora
que fent sentir el nostre batec per recordar aquells altres que han deixat de
bategar perquè algú, en algun moment, va pensar que eren prescindibles.
Us faig arribar l'enllaç del setmanari del municipi on surt un article meu sobre la violència de gènere.
Hola Antonia, gracias por el artículo, por alzar la voz contra esta barbarie, por apoyar a tantas mujeres que sufren día a día los malos tratos de un cobarde.
ResponEliminaLas estadísticas son terroríficas. No deberían existir. Pero la realidad nos demuestra que esta lacra no llega a su fin.
Mi madre sufrió maltrato psicológico, ese que no deja huella física, pero que te va destruyendo y anulando completamente como persona. Estas vivencias marcan para siempre, yo doy fe de ello.
Un abrazo.
El dolor de esos seres humanos, de esas mujeres, debería convertirse en un estigma de esta sociedad que acaba convirtiendo estos deleznables sucesos en las cifras de una estadística, a la que recurrir en ocasiones. Estamos tan pendientes de nosotros mismos, de mirarnos el ombligo, que estos actos, que se evidencian en los medios de comunicación, se han hecho tan "habituales" que acaban perdiendo su relevancia y no se les presta la atención que merecen.
ResponElimina¡Triste realidad del sufrimiento y la anulación!
Lamento la tristeza que puede sentir tu corazón e intento, a través de mis escritos, compartir y aportar mi granito de arena en la lucha contra la barbarie.
Un beso
Hace unos años asistí a una obra teatral en contra de la violencia de género. Despues entre los actores y público se hizo un debate. Eramos unas 100 personas, 95 mujeres y 5 hombres más o menos. Una actriz dijo: Los negros en America se sublevaron, pero hasta que no lo hicieron los blancos con ellos, no lo consiguieron.
ResponEliminaAqui ocurre lo mismo, mientras los hombres no se pongan en pie, esto no se va a erradicar.
Mi madre desgraciadamente también sufrió maltrato psicológico.
Mi hija con 16 años (ahora 27) empezó a salir con un chico que le regaló un móvil.
-Mira papá si me quiere, me llama 20 veces al día!
-No hija, te está controlando a cada momento donde estas, dejalo, este chico no es para tí.
Me costó abrirle los ojos pues el maldito que buenas artimañas tenía. Gracias a Dios que al final me escuchó.
Hoy en dia tiene orden de alejamiento de su ex-esposa.
Maldita lacra social.
¡Qué suerte tuvo tu hija al tener alguien que velara por ella! Otras mujeres no tienen esa suerte y acaban sumergidas en el pozo de la desesperación y terminan siendo extirpadas de la sociedad. En lugar de acabar con el cáncer, acabamos con la víctima.
ResponEliminaUn abrazo