Encara guardo a
la meva ment la imatge d’aquell nen que vaig ser; però el mirall s’entesta en
retornar-me un embolcall diferent, algú que em mira des de l’altre costat, tan
desconcertat com jo; intento reconèixer una mirada, però se’m fa difícil; busco
entre un cap embrollat, amb cabells cada vegada més blancs, un referent que m’acosti
al veritable jo, a aquell que ja no veu ningú, a aquell petit que
encara juga a la pilota.
http://www.igan-iluminacion.com/Espejo-de-pared-cristal-moderno-Dreams-Schuller-29e45
Hola Antonia. Es cierto, al mirarnos al espejo nos damos cuenta que el tiempo pasa inexorable, sin pausa. Esto también ocurre cuando cogemos nuestro álbum de fotos, y vemos el día de nuestra comunión, el de nuestra boda, el bautizo de nuestro hijo...Es increible como pasan los años y como pasa la vida.
ResponEliminaBesos
La vida pasa, el reloj marca las horas y nuestro destino está marcado.
ResponEliminaBesos