Y de la espuma del mar surgió su cuerpo dorado, con una cabellera perfecta
que cubría su espalda de una forma sensual. Sus pechos firmes eran evocadores
de un placer sin límites, y su sexo anunciaba el éxtasis y la subida al
firmamento de los dioses. Una mujer cúmulo de la pasión, panacea del deseo y
símbolo de la belleza. Una mujer, esa mujer, tú mujer.
El nacimiento de Venus, William-Adolphe Bouguerau
Soy Pili. !Qué bellas palabras hacia la mujer! Mil gracias. Pocas veces con un mínimo de palabras se ha dicho tanto. Tú tienes este don. FELICIDADES.
ResponEliminaGracias, guapísima. Siempre he considerado que todos y cada uno de los seres humanos tenemos algo especial que aportar, algo diferente que nos hace únicos y bellos.
ResponEliminaConfío que ya te encuentre algo mejor.
Un besazo