Él y yo

Allí estaba delante de aquel imponente cuerpo, de aquel hombre sensual que había inspirado los sueños, más tórridos, de millones de mujeres. Iba en el coche y mis ojos no paraban de mirar los suyos, de observar su torso atlético, de comprobar que aquellos abdominales eran de verdad, de analizar los espectaculares tatuajes que sus musculosos brazos enseñaban. Pero, sobre todo, mis ojos no podían apartarse de aquel otro músculo que se dejaba entrever, abultado, debajo de esa ropa interior masculina. Yo seguía conduciendo, casi anonadada, sin creerme todavía que su cuerpo estaba a mi disposición. ¡Aquella noche no saldría de mi habitación!

Toda la ciudad estaba llena de la nueva campaña publicitaria del que en otro tiempo fue uno de los mejores jugadores de futbol, todos los carteles anunciaban aquella nueva gama de slips que le quedaban como un guante. Furtivamente había robado uno de esos carteles y esa noche, en mi habitación, estaríamos solos, David y yo.

Fuente fotografía: Campaña H&M