Y sus labios carnosos rozaron los míos, entrando en un torrente de
pasión que se desbordó, abandonados en un universo de placeres donde todo
estaba permitido, donde el límite lo marcábamos nosotros. Recorrimos nuestros
cuerpos, absorbiendo todo el sabor del otro. Entramos en la espiral del deleite que enturbia los sentidos y, casi sin darnos cuenta, enajenados alcanzamos el
clímax otra noche más.
Me apasiona la sensualidad que utilizas para describir los sentimientos.
ResponEliminaLlevan a la mente y corazón como un torbellino de emociones.
Finalmente se trata de eso, de remover algo en los lectores (amigos ya), de conectar de alguna manera esos sentimientos, esas emociones que son nuestras experiencias o ensoñaciones.
ResponEliminaGracias por seguir ahí. Un beso
Universo de placeres donde todo esta permitido. Bonita combinación de sensualidad y ciencia ficción, porque con la que está cayendo realmente es dificil imaginar una situación similar. Como siempre, tus escritos nos hacen pensar en color y olor.
ResponEliminaPero por qué no, en la intimidad de nuestra habitación, de nuestra casa, cualquier opción tiene una posibilidad (a no ser que vivas con la familia, de prestado y que la intimidad se haya ido al garete -maldita crisis-).
ResponEliminaMe alegro que aunque sólo sea para pensar en colores y olores (magnífica combinación) estos escritos sirvan para algo.
Un beso.
Este es el grande sueño que te queda. Volver a sentir en tu piel como otras manos recorren tu cuerpo y te hacen vibrar de nuevo. Pues dicen por ahí: Si crees en los sueños, ellos se crearán.
ResponEliminaPues entonces, por favor, todos ¡a soñar!
ResponElimina