Me encontraba sumida en un halo de superstición. Martes y 13, fatídico día que podría traerme graves consecuencias. Toda la jornada esperando lo inesperado. Toda la mañana con el suspense en el cuerpo. Toda la tarde pendiente de un hilo. Mis pensamientos inquietantes perpetraban todo tipo de sucesos. Los presagios no eran demasiado halagüeños.
Medianoche, simplemente miércoles 14.
Medianoche, simplemente miércoles 14.
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