Había conseguido despertar a mi progenitora de su reparadora siesta con uno de los habituales gritos de guerra: “¡la p…!”, “¡hijo de p…!”, “¡me cago en la p…!” En pocos minutos había nombrado media docena de meretrices y la cosa prometía, no tenía tintes de acabar. Estaba enfrascado en un juego de los muchos que existen en la red y que conecta a miles de participantes. Destrucción apocalíptica, lo denomina mi madre, porque según ella parece llegado el fin del mundo. Las conversaciones han desaparecido para dar paso a insultos e improperios. No hay cabida para nada más, este mundo nuevo se centra en conseguir sobrevivir en un universo paralelo donde nada es lo que parece. Mi familia no entra en él, no comprende la magnitud e intensidad de nuestros nuevos roles, por ese motivo, simplemente, no están. De vez en cuando accedo a relacionarme con los débiles mortales que lo único que saben hacer es increparme y substraerme de ese cosmos creado a mi medida.
Fuente: Blizzard Entertainment
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada